8° Fecha: Viernes 1 de abril de 2011

Equipo 1: Santi – Ale – Juan – Rodri (sobrino Juan) – Martín (amigo Santi)

Equipo 2: Fede – Camiseti – Hora – Walter – Lucas (amigo Fede)

Resultado: Ganó el Equipo 1 por 4

Redactor de turno: Juan “Fantasía” Vazquez

Nota: el siguiente relato puede variar levemente con respecto a lo que realmente sucedió, pero sólo para darle un toque más ficcional y entretenido. El resultado fue el que figura en el mismo aunque, como se sabe, Stallion no tiene tribunas…

Noche de fútbol salvaje y divertido en el microchetoestadio de Stallion. Con unos equipos armados de la manera más pareja posible teniendo en cuenta los presentes, se largó a rodar la pelota sobre el suelo de caucho y sintético. El Equipo 1 comenzó ganando por dos tantos, gracias a la sorprendente habilidad del karateka Martín, aunque rápidamente los liderados por Fede descontaron y de ahí en más el match fue estable, con un leve dominio superior, más que nada por lo organizado y estratégico, del grupo santiagueño.

Mas una extraña nube de intriga se iba formando sobre las cabezas de este equipo, basada fundamentalmente en la siguiente situación: su goleador no lograba conectar con la pelota. Por suerte el equipo funcionaba y eso hacía que la hinchada aún no pidiera la devolución de sus entradas, ya que daba gusto ver a tal máquina futbolera (sobre todo al invitado del equipo, sin dudas la figura del partido).

No obstante la falta de puntería del delantero comenzaba a hacerse notar y el Equipo 2, plagado de estampas rápidas (aunque algo comilonas) lograba acercarse gracias a la conexión de pases entre Fede, Hora y Lucas, y algunas actuaciones esporádicas de Camiseti. Por su parte, Walter arquero fijo cubría la valla, evitando que se ensanchara la diferencia. Así fue como su conjunto logró no sólo empatar sino también dar vuelta el tanteador.

El Equipo 1 comenzó a flaquear y ver cada vez más lejos la posibilidad de la victoria. Los fanáticos se desesperaban, ya habían dejado de canturrear eso de “los goles del Maguito que ya van a venir” y comenzaban a descolgar las banderas con el rostro del carismático jugador. Pero sus compañeros no perdieron la esperanza y mientras él recuperaba fuerzas en el arco, Ale fue todo garra y corazón, y con gran habilidad supo conectarse con Rodrigo, Santi y Martín, y a fuerza de pases, gambeta y gol se volvió a dar vuelta el resultado. Ahora hacía falta asegurarlo.

Dos cosas iban a sellar la definición del partido: en primer lugar, Walter salió del arco. Es sabido que cuando Walter juega de arquero fijo y va perdiendo, y deja el arco, ese equipo termina mordiendo el polvo. El otro hecho fue que un niño comenzó solo, desde el banco más alejado del estadio, a improvisar un cántico que decía: “Capitán, Capitán, mandáselas a guardar”. Entonces el 9 se iluminó, alcanzó el Séptimo sentido del Fútbol 5 y unió su cosmos con el de la pelota, mandándola adentro en dos sorprendentes actuaciones. Finalmente, un gol de Santi cerró el encuentro, justo antes de que el guapo de turno gritara “la hora”.

Entre risas, festejos y conteo de dinero, el lado oscuro de la Fuerza iba tomando el corazón de un pequeño Jedi, que se fue sin saludar.