Partido especial: Martes 2 de junio de 2009

PROGRESO FOBAL CLU VS EL MONO QUE PIENSA

PROGRESO FOBAL CLU: Wolta, Gus, Dami, Fede, Santi, Hora.

EL MONO QUE PIENSA: Paulo, Nico, Lele, Franco, El Galgo, Matías.

Resultado: el Mono sigue haciendo de sus monerías. Ganaron por un gol.

Redactor de turno: Dami

Acaba de jugarse una nueva fecha entre El Mono Que Piensa (en adelante “El Mono” a secas) y esa escuela de todas las cosas, esa mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas que es, como el cafetín de Buenos Aires, el Progreso Fóbal Clú. Acaba de perder el Progreso. O, si quieren, acaba de ganar El Mono. Y me gustaría decir que acaba el comentario aquí mismo. No es este el debut que soñé en el periodismo deportivo… nunca bailo, y a la primera que lo hago me toca la más fulera… Horror! Pero basta de mariconería: si es esto lo que me tocó en suerte, a darle pa delante sin asco! Contemos algo entonces de lo que sucedió en el cotejo de anoche (si nos estás leyendo, Charly, disculpá tantas omisiones, pero sabrás que tengo mis razones para ser breve hoy).

El partido se jugó mas o menos a las 10 en la de conchilla, aunque Wolta aguardaba desde las 9 (horario original de la disputa) en el club por culpa de una torpeza de los organizadores del match (entre los que me incluyo) que no le informaron sobre el cambio de hora final. Aprovecho para pedirte nuevamente disculpas amigo! En el reconocimiento del campo de juego, los contendientes notaron que en un área la concha estaba mojada, de manera que pautaron hacer cambio de arco a mitad del encuentro, así todos, defensas, delanteros y arqueros, tendrían igual de posibilidades de irse de boca al suelo para probarle el gustito a tan curioso sector del terreno.

El match empezó y los del Mono mostraban que las bajas temperaturas Adroguenses (tan distintas al tropical clima San Vicentiano) no les iba a impedir desplegar su gran potencial físico, corriendo todos como verdaderos cacos en fuga. Los visitantes dominaron el juego durante los primeros 10 minutos, pero, cosas del fóbal, el destino quiso en suerte darme el placer a mí de desflorar el arco rival tras perfecta habilitación de Santi. Luego los goles se sucederían en una y otra valla manteniendo un empate clavado hasta el fin de la primera parte.

De momento las cosas se habían emparejado, ambos equipos apostaban al pelotazo y, si bien la garra sobraba, el fóbal escaseaba. Lele hizo un lindo gol con un zapatazo desde fuera del área y Hora hizo uno rematando fuerte al ángulo que nada le envidiaba en belleza al del rival de corte de pelo extraño. Los dos arqueros mostraban seguridad, sobre todo Wolta, que sacó unos cuantos mano a mano. Gran actuación la de nuestro caballero oscuro, fue el único del Progreso que no cometió ni un solo error en el encuentro.

En la segunda mitad, cuando parecía que el cambio de arcos tendría algún efecto desfavorable para los locales que ahora les tocaba jugar del lado de la ya mencionada zanja, hubo sorpresa nuevamente y por mi parte llegué a pensar que no habría banana para el Mono esta vez, ya que rondando los 15 minutos el Progreso superaba al rival por una ventaja de 3 tantos, y en ello tuvo que ver no poco el talento de su 10 que, infiltrado y todo (esto no es invento mío: por la lesión que lleva en la espalda el tipo se pichicateó para jugar hoy!) supo regalarnos algunos de esos maravillosos trucos que sabe hacer con el balón, además de correr como nadie de su equipo lo hizo en toda la noche. También el mérito arriba (aunque destaquemos que bajó muchas veces colaborando en la labor defensiva) lo tenía Santi, apostando bien al juego en equipo e interviniendo en todas las mejores jugadas que pudimos hacer. Sin embargo nada ni nadie (tampoco Gus, casi impasable en defensa y de rápida salida en el contragolpe) podría evitar la debacle inminente: al simio pensante se le encendió la lamparita y en ese instante de iluminación, con las ideas más claras, los muchachos nos hicieron ir a buscarla adentro del arco 4 veces al hilo, lo que les valió la victoria final por la diferencia de un gol.

El Progreso no volvió a dar lo mejor de sí y las autocríticas se harán en privado. Quien se pregunte por cómo jugaron los ganadores de ocasión, sepan, desde ya, que mejor (aunque no mucho) que nosotros, los perdedores de turno. Para ellos el aplauso y, otra vez, claro que sí, la banana!

Premios:

Maradona: Wolta. El equipo unánimemente se lo entrega, justamente, por su entrega, aunque en este punto también lo merecería Fede, que dio hasta la cola por nosotros. Pero esta vez el arquero fue pura seguridad, impecable y se tapó todo. Gana el premio en buena ley.

Terminator: uno que lo volteó a Fede en la mitad de la cancha promediando los 20 del segundo tiempo. Habría que verlo en las cintas, pero creo que fue el hermano de Nico, el Galgo.

Chenemigo: Vacante.


Nota final: El inesperado y desgarrador hallazgo de Hora:

A punto de marchar a nuestros hogares reflexionábamos Santi, Fede, Hora y yo en la puerta del club sobre lo que había acontecido en el reciente encuentro, cuando en esas lo vemos al Morán Brother mayor cruzar la calle y observar quieto, agazapado y muy atento hacia el interior de una linda casa. Fede preguntó si Hora estaba tramando un robo, Santi y yo no entendíamos bien la situación tampoco. Cuando nuestro camarada se nos acercó estaba a las puteadas limpias:

-“Hijos de puta, como los dejan afuera?!”, dijo.

Después nos contó indignadísimo la tortura atroz que acababa de contemplar. Los habitantes de ese al parecer “tan respetable hogar” habían dejado durmiendo afuera en semejante noche helada al conejo y al loro que tenían como mascotas. Conocimos entonces un ejemplo más del narcisismo del ser humano, que cree que el sufrimiento del animal es menos importante que el propio. Ahí sí que no nos pudimos contener, y, como personas sensibles que somos, las lágrimas brotaron de nuestros ojos.