36° Fecha: Domingo 22 de noviembre de 2009

Previously in Mística Barrial:

Riiiing riiiiing riiiing Miau…♫♪♫

-¿Hola?
-Hola Juan, ¿jugás?
-Eh, no Nes, no puedo. Tengo que ponerme a leer unas cosas.
-Ah bueno listo, nos vemos.

Like a virgin, touched for the very first time…♫♪♫

-¿Hola?
-¿Hola, Hora?
-Sí Juan, ¿cómo andás?
-Todo bien. Che, ¿falta gente?
-Y sí, algunos no contestaron…
-Ok voy. ¿Es a las seis no?
-Sí.
-Son seis menos cuarto, ¿reservaste la cancha?
-No, pero cuando llamé me dijeron que estaba libre…

Mística Barrial continues NOW:

Los Cuatro Magníficos: Cristian – Gustavo – Néstor – Juan

Los Cinco Latinos: Horacio – Alejandro – Walter – Federico – Lucas (amigo Federico)

Resultado: Los Magníficos ganaron por 3 goles


Redactor de turno: El Loco Juan


Por supuesto, cuando llegamos al Progreso no había cancha. El primer instinto fue comenzar a putear al mayor de los Morán, quien se hizo cargo de su error y agachó la cabeza. Había que buscar otro campo de juego. El que se iluminó de pronto fue Fede: llamó al viejo (y querido) Brown, ese club clase C que se encuentra perdido contra las vías. Por suerte había cancha y hacia allí partimos en una versión posmoderna de “El mundo está loco, loco, loco”: Gustavo y Cris en moto, los Morán en bicicleta y Néstor y Juan en el Palio. Minutos después se sumarían Walter, Fede y Lucas en otro auto.

En un acuerdo tácito, los equipos se acomodaron formando casi de la misma manera que en la fecha pasada, con la desventaja para los Magníficos de contar con un hombre menos. No obstante, la diferencia jamás se hizo notar durante el juego. Hasta por momentos se diría que eran ellos quienes contaban con uno más.

El partido comenzó favorable para el equipo de los Cinco Latinos. Recién cuando iban perdiendo por tres tantos (momento en el cual Ale se ofreció a cambiar de bando, pero fue gentilmente rechazado) el equipo dirigido por el coronel Hannibal Néstor Smith, hombre cuyas piernas cotizan cada vez más ya que cual pokemón evoluciona en cada partido, terminó de acomodarse en el campo de batalla y comenzó la balacera. Fielmente comandado por el teniente Fas Cristian Templeton y el sargento Mario Gustavo Baracus por las puntas, y contando con la presencia del capitán 9 de área Juan Murdock, los Magníficos dieron todo de sí sudando con el corazón al galope y metiendo pierna en la pelota.

Por su parte, los Cinco Latinos contaron con un Fede que al principio reía y jugaba, pero que poco a poco su rostro se fue transformando cual Dr. Jekyll con su pócima, deviniendo un nervioso y gritón Mr. Hyde. La bronca por las pelotas perdidas y los pases mal dados influyó en sus compañeros de grupo, quienes fueron menguando calidad y terminaron jugando por nada. Se destaca la actitud de Lucas, siempre valiente y altanero, inmune a las quejas del Titán. Los Morán, cansados tal vez de la mala racha, comenzaron bien, sorprendiendo con ciertas jugarretas y goles cálidos, pero terminaron imprecisos y cometiendo errores inoportunos. Walter fue otro de los cayó en el lado oscuro, con escasos momentos de gloria entre alguna que otra buena acción.

Estando aún abajo por dos tantos, el delantero Juan decidió bajar y encargarse del arco. Ahí fue cuando sus tres compañeros formaron el triángulo perfecto que no hubo Pitágoras capaz de calcular el cuadrado de su hipotenusa: gol tras gol, dieron vuelta la tortilla colocando a su escudería al frente, lugar del que nunca bajó en todo el resto del partido. Liberado del peso de ir perdiendo, el 9 salió de la portería para recuperar el área y tras mil intentos (que incluyeron varias atajadas, dos palos y hasta un tiro de cabeza) por fin se le dio el gol tras un saque lateral de su compañero del Gorriti.

Siendo las 19:50 hs y luego de más de una hora de juego, los Magníficos ganaron finalmente por 3 goles, demostrando un excelente juego, fuerza de voluntad y compañerismo, frente a un tristemente célebre y humillado quinteto vespertino.

Premios:

Maradona: Dicen los que saben que este premio lo merece el equipo ganador completo. Si bien es cierto, quisiera destacar en esta oportunidad el juego de Gustavo, hombre que la peleó tanto al frente como en el medio y en el fondo, y que por momentos hizo dudar a los rivales si no tendría algún poder de multiplicación, confirmando las sospechas de la física cuántica acerca de que un mismo objeto puede estar en dos lugares a la vez.

Terminator: Si bien se mantuvo lejos de su antigua fama de leñador, hizo algunas al principio, sobre todo sobre su árbol fetiche, el titán Fede. Por eso y porque nadie más pegó esta vez el Terminator vuelve a las manos (o a las piernas) de Juan.

Chenemigo: Creo que varios integrantes del equipo perdedor merecen este premio. Quizás el que más bajó su rendimiento durante la segunda mitad del juego (sufriendo un último gol totalmente estúpido y dejando casi de correr) fue Alejandro. Un trofeo más para su escaparate.