Todo comenzó cuando Paulo alias “El Mono” llegó al Progreso de la mano de su ex compañero de secundario-granja Matigol. Desde ese entonces, el Mono solía desplegar su magia y talento futbolístico así como su camaradería característica cada vez que cantaba presente un domingo.
Sin embargo, un buen día el primate de la de cuero se reveló y formó su propia escuadra: así fue como dio origen al ya clásico El Mono que Piensa, equipo que ha ido variando algún que otro integrante, pero que básicamente forma de la siguiente manera:
Franco: el hermano menor de Paulo se presentó y no tardó en consolidarse como un gran arquero, causa de más de un dolor de cabeza para los delanteros del Progreso.
Nico: defensor de gran altura aunque no tan amplia destreza, que suele molestar a los rivales y correr un poco de vez en cuando.
Paulo: el Mono en sí se concentra en la defensa, deviniendo un oponente duro de pasar a la hora de querer acercarse al área contraria.
El de Marrón: cabecilla del ala fuerte del conjunto, este muchacho sin nombre suele ponerle el pecho a la situación (y a veces también los brazos y las piernas).
Matías: el otro hermano del Mono complementa una imbatible delantera, haciendo goles con garra y corazón de tigre.
Desde aquel bendito día en que el Mono sentó las bases de su escudería, la Mística Barrial sumó a sus fechas domingueras un nuevo reto semanal cada martes entre los defensores de ocasión del Progreso Fútbol Club y los intrépidos trotamundos del Mono que Piensa.
Como siempre decimos por aquí: salud y que gane el mejor.
Presentado por: Juan
siempre temibles, mas unidos que las tortugas incas, parecen un reloj con cada engranaje hecho a medida.
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