29º Fecha: Domingo 20 de septiembre de 2009

Equipo 1: Walter – Federico – Alejandro – Horacio – Juan

Equipo 2: Cristian – Néstor – Ariel B – Andrés – Uruguayo


Resultado: Equipo 1 por gol de oro


Redactor de turno: Juan


En un principio se trató de armar dos equipos parejos, dada la concurrencia de sólo nueve jugadores. Claro que el Equipo 1 no tardó en aprovechar la diferencia numérica, comenzando a ganar por tres tantos arriba, momento en el cual se debatieron los cambios posibles. Juan se ofreció a salir (su tremenda habilidad, siendo autor de uno de los tres goles, desequilibraba completamente el juego), pero Fede optó por pasarse a jugar para el otro grupo. Esto fue sólo por unos minutos, ya que la llegada del Uruguayo para el Equipo 2 equilibró las cosas nuevamente.

El Equipo 1 supo mantener la distancia favorable durante la primera mitad del encuentro. Sin embargo, luego se olvidó cómo hacerlo, justo cuando sus oponentes comenzaron a jugar de una manera magnífica en cuanto a pases y entendimiento en conjunto se trata. Así las cosas, lograron darlo vuelta hasta ubicarse tres porotos sobre la raya.

Tensión, mal juego y alguna que otra queja de su delantero estrella tuvo que sufrir la parcialidad de los Morán, siendo que hasta Walter decidió probar suerte fuera de la portería y salir jugando. Finalmente, con sangre, sudor y lágrimas (y muchos tiros desperdiciados, en especial por su 9 de área y ciertos clásicos engolosinamientos de los susodichos hermanos) los goles fueron llegando uno a uno, hasta lograr el empate.

Con el tiempo cumplido, sólo podía decidir de qué lado caería la moneda el bendito gol de oro. Quiso la fortuna que el Paris encargado de clavarle la flecha a Aquiles sea el mismísimo Titán, otorgando la gloria a sus compañeros y destinando a sus rivales a morder el polvo.

Premios:

Maradona: Enfadado por el comentario que sobre su actuación hizo el redactor Horacio el domingo anterior (“Si bien su regreso no fue con gloria y su rendimiento aún esta lejos del acostumbrado…”), Cris demostró que está perfectamente en todas sus condiciones físicas y mentales y desarrolló un excelente juego.

Terminator: Cuando salió del arco, Walter se convirtió en una molesta alimaña roe talones, golpeando constantemente las canillas de sus antagonistas, mostrando un deleite especial por las de Ariel B.

Chenemigo: Más allá de alguna que otra gambeta, quien escribe estas líneas (y luego de analizar todos los documentos registrados por la cámara con paciencia estoica) cree que Ale no estuvo en su salsa y más de una vez se llevó la pelota hasta el final de la cancha, como si de una mujer a la cama se tratara, en lugar de levantar un poco la cabeza y hacer un pase a sus compañeros de ocasión.

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